viernes, 15 de junio de 2018

CÓRDOBA



Es Córdoba, con todo lo que se ha hablado de ella y lo apreciada que es en el mundo entero, una sorpresa aún mayor cuando se conoce su pasado. Quizás no todos sepan que en el s. XI contaba con ser la mayor y más culta capital de Europa; en ella convivieron en perfecta armonía judíos, musulmanes y cristianos. Fue cuna de filósofos, científicos, artistas y sabios, y en ella se forjaron pilares del saber que hoy ni sabemos de dónde procedieron.

Los años y la reconquista pasaron, y aunque los cordobeses, en su mayoría, por aquel entonces no acogieron con agrado lo que consideraron el desmantelamiento de una gran cultura, supieron sin embargo conservar esa atmósfera de arte y cultura. Aún hoy se considera que el cordobés tiene alma de filósofo, siendo también Córdoba, en relación con su tamaño, cuna de un importante número de artistas, entre otros muchos, importantes nombres en los toros y el flamenco. Y no es sólo ello lo que lleva a gala esta ciudad, pues también se dice que de Córdoba proceden las mujeres más guapas de Andalucía. Una visita al museo de Julio Romero de Torres, puede dar una idea al respecto.

"Encrucijada de culturas"


En Córdoba impresiona la Mezquita, como síntesis cultural y como uno de los más excepcionales monumentos del mundo. Embrujan sus bellos patios, profusamente decorados de flores, y nos hacen soñar sus atardeceres lánguidos y rosados en el silencio de sus pintorescas callejuelas. Una visita a Córdoba y su provincia depara muchas sorpresas, y merece tomarse el tiempo para vivirlas. 

Córdoba: Gastronomía:

El aceite de oliva, cuyo cultivo se extiende en toda la provincia, es el principal protagonista de la cocina cordobesa. Podemos citar entre sus geniales recetas el salmorejo y el gazpacho, sopas frías de hortalizas, de gran valor nutritivo y delicioso sabor, especialmente en las cálidas estaciones del año.

Entre sus guisos de carne no se pueden olvidar los estofados de rabo de buey y el cordero en caldereta.

En su charcutería destacan los jamones de cerdo ibérico del Valle de los Pedroches, la caña de lomo, el salchichón de Pozo Blanco y las morcillasde Fuente Ovejuna e Hinojosa.

Sus postres, tienen una gran influencia árabe, destacando, entre otros, el Pastel Cordobés, fino dulce a base de hojaldre y cabello de ángel, al que algunos, en su originalidad, añaden jamón, el Membrillo de Puente Genil, elaborado a base de una fruta parecida a la manzana, los Roscos de Priego, los Merengues de Aguilar, a base de clara de huevo batida a punto de nieve, los Pestiños dulce frito y rebozado de miel, los Alfajores, delicioso dulce a base de miel y almendras, los Polvorones y las Perrunas de Manteca


La Mezquita de Córdoba: Mezquita y Catedral:

Este impresionante ejemplar del siglo VIII es por su extensión (23.000 m2) la tercera mezquita del mundo. Cuando observamos su fachada, cerrada por fuertes muros coronados de almenas Foto no nos podremos imaginar las maravillas que encontraremos en su interior, aquellas que hicieran al escritor inglés Gerald Brenan escribir: es el más bello y original edificio de España. No en vano ha sido declarada patrimonio de la humanidad.

La Mezquita, que es Catedral al mismo tiempo, representa un mosaico de culturas y estilos arquitectonicos diversos que fueron siendo agregados durante los nueve siglos que duró su construcción, ampliaciones o reformas. En su interior se pueden apreciar aportaciones hispano-romanas y visigodas, influencias sirias, persas y bizantinas, un estilo muy peculiar que inauguró el arte hispano-musulmán o estilo califal. Este estilo arquitectónico pervivirá a través de los reinos taifas, en el arte nazarita, y a través de los reinos cristianos en el estilo mudéjar (de los musulmanes que viven en territorio reconquistado sin cambiar su religión) y en el arte de los mozárabes (cristianos que convivieron con los moros en tiempos de la reconquista).

La construcción de la Mezquita fue iniciada por Abderramán I, en el año 785, sobre los restos de una iglesia visigoda, inspirandose en una mezquita omeya de Jerusalén. El resultado de esta primera etapa constructiva fue una armónica sala de 11 naves con 110 columnas de mármol y granito con capiteles romanos paleocristianos y bizantinos. Sobre ellos una doble serie de arcos de herradura y medio punto que constituyeron una novedad arquitectónica sin precedente. El juego de luces y sombras que ofrecen la piedra caliza y el ladrillo de sus arcos crea una singular atmósfera.


En el año 833 Abderramán II la amplía, añadiendo 8 arcadas. Las columnas que la sujetan son de mármol blanco procedentes del teatro romano de Mérida. Once capiteles son árabes, y el resto son romanos y postromanos.

En el año 961 Alhakem II aporta los mayores tesoros que hoy tiene la mezquita: el Mihrab, con su preciosista y exuberante decoración en mármol labrado y la cúpula octogonal central de arcos entrelazados de la Kliba, consideradas ambas obras maestras del arte universal.

La última y mayor ampliación se debe a Almanzor, que en el año 987, casi dobló su talla. De esta época son las columnas de mármol azul Foto con capiteles compuestos, y las de mármol pardo rojizo con capiteles corintios. 

La Mezquita de Córdoba presenta adicionalmente dos singularidades que la diferencian de resto de las mezquitas del mundo: Su orientación, pues no mira a la Meca. En ello se ha querido ver la nostalgia que Abderramán I sentía por Damasco, expresada por él mismo en su poesía. Pues lo cierto es que la Mezquita de Córdoba se orienta a las mezquitas de Damasco y no a la Meca. 

La otra singularidad es su ubicación descentralizada del Mihrab. Ello se debe a la ampliación que hizo Almanzor, que tuvo que hacerla por el lado oriental, ya que al Sur se topaba con el río Guadalquivir y al Oeste estaba el palacio del Califa.

Es por último de resaltar la belleza de los patios y puertas de la mezquita, por las novedades que supusieron en el arte de la época y por sus ricos artesonados, considerada en su totalidad como uno de los mas bellos ejemplares del arte musulmán español. 

El mismo año de la reconquista de Córdoba, en 1236, la Mezquita fue consagrada como Catedral cristiana. Ya en el s. XII había sufrido algunas modificaciones, como la construcción de la Capilla Real para ser utilizada como panteón de varios reyes castellanos. Pero fue en 1523, cuando el cabildo eclesiástico, con el apoyo de Carlos V, ante la oposición del Consejo de la ciudad mandó edificar una gran nave en el interior de la mezquita.

Las obras tardaron 234 años, por lo que al inicial estilo gótico se le añadieron el estilo renacentista y el barroco Foto De esta última época destacan en su interior la barroca Capilla del Cardenal que alberga el tesoro catedralicio, con la custodia de Enrique de Arfe, el crucifijo de marfil de Alonso Cano y notables esculturas y pinturas. 


A este periodo constructivo, tras la reconquista, se debe que este templo concentre tal amalgama arquitectónica, albergando en un mismo edifcio la que fue una gran mezquita y a una catedral.



TURISMO DE CÓRDOVA

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